un millón de veces mayor, más elevado, más sutil, más noble, más beneficioso, y más completo que los asuntos de los que el otro hombre se había ocupado. Ya que discutiendo las sagradas verdades y luces de los misterios bajo el velo de las decoraciones, escribió un comentario verdaderamente bueno. Entonces, los dos hombres tomaron sus trabajos y se los presentaron al Soberano Ilustre. El Soberano primero tomó el trabajo del filósofo. Lo miró y vio que el egocéntrico y adorador de la naturaleza había trabajado muy duro, pero no había escrito nada de verdadera sabiduría. No había entendido nada de su significado. De hecho, lo había confundido y había sido irrespetuoso e incluso había tenido mala educación. Suponiendo que la fuente de las verdades, el Corán, tuviese una decoración sin sentido, él lo insultó como si no tuviese valor respecto a su significado. Entonces el Sabio Soberano le pegó con el trabajo en la cabeza y lo apartó de su presencia.
Entonces miró el trabajo del otro, el sincero, sabio escrupuloso, y vio que era un trabajo extremadamente bueno y beneficioso, una gran composición sabia llena de dirección. ¡Felicidades! ¡Que Allah te bendiga! Dijo. Entonces, sabiduría es esto y llaman los que la poseen eruditos y sabios. El otro hombre se excedió en su rango. En recompensa por el trabajo del sabio, ordenó que a cambio de cada letra le dieran diez piezas de oro de su tesoro.
Y entonces, si has entendido la comparación, mira su realidad y ve:
El ornamentado Corán es este artísticamente decorado universo. Y el Soberano es El Pre-Eterno Sabio. En cuanto a los dos hombres, uno – el europeo – representa la filosofía y sus filósofos, el otro, al Corán y a sus estudiantes. Sí, el Todo Sabio Corán es el expositor más elevado, el traductor más elocuente del Poderoso Corán del Universo. Sí, es el Criterio con el que los hombres y los sabios con relación a las señales de la creación inscritas por
SEGUNDO PRINCIPIO
Una comparación entre el entrenamiento moral de la sabiduría que el Todo Sabio Corán da a la vida personal y lo que enseña la filosofía y la ciencia.
El sincero estudiante de filosofía es un faraón, pero es un faraón despreciable que adora las cosas más viles por el bien del beneficio propio; él reconoce todo de lo que se puede beneficiar como su ‘Señor’. Y este estudiante no religioso es obstinado, es desgraciado junto con su obstinación y acepta la infinita humillación por el bien del placer. Y se lamenta junto con su terquedad y muestra su humillación besando los pies de individuos como Satán por el bien de un vil beneficio. Y este estudiante no religioso es vanidoso y autoritario, ya que no