Un grupo fueron los Sofistas; abdicando la razón, que es exclusiva de los seres humanos, y cayendo más abajo que las bestias sin inteligencia, ellos encontraron más fácil negar la existencia del universo, y hasta sus propias existencias, que seguir el camino del desviado, que afirma que las causas y
El segundo grupo vio que en la desviación, según la cual las causas y
¡Ahora, mira! Aquellos que piensan que son los más inteligentes son los más profundamente ignorantes y estúpidos. Entiende sólo cómo la desviación absurda, degradada, e ignorante hace el hombre, ¡y aprende!
En efecto, un Poder Pre-Eterno creó el cielo y la tierra en seis días, cada año crea cuatrocientas mil especies simultáneamente sobre la faz de la tierra, y en seis semanas cada primavera construye un mundo vivo más lleno de arte y sabiduría que el mundo por sí mismo. Así, es más necio e ignorante que los Sofistas, el primer grupo de arriba, niega el acto de creación y lo juzga como improbable, como unas sustancias químicas que cuando son aplicadas revelan una escritura invisible. El Poder Pre-Eterno debería ser externamente inexistente, y existir como el conocimiento, y cuyos proyectos y medidas son determinados en el reino del Conocimiento Pre-Eterno.
Estos desafortunados son absolutamente impotentes y no tienen nada a su disposición aparte de la facultad de la voluntad. Aunque ellos sean inflados como Faraones, ellos ni pueden aniquilar nada, ni crear algo de la nada, incluso una partícula diminuto. Y entonces, aunque nada nazca de nada en la mano de las causas y
En efecto, El Todopoderoso de
Sí, el Absolutamente Todopoderoso crea de dos modos: Él da origen y forma. Aniquilar lo que existe y hacer existir lo que no existe es lo más simple y fácil para Él. Ésta es una de Sus leyes constantes y universales. El hombre, por lo tanto, dice: “El no puede dar existencia a lo que no existe” ante un poder que en una primavera crea de la nada formas y