Luz Para Los Enfermos | DESTELLO VEINTICINCO LUZ PARA LOS ENFERMOS | 12
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REMEDIO 14

¡Oh enfermo que tienes un velo que cubre tus ojos! Si comprendieras que existe una luz y una vista espiritual por debajo de la enfermedad que cubre los ojos de un creyente, exclamarías: “Cien mil gracias a mi Compasivo Sustentador”. Te   narraré   un   incidente   sucedido   para   que comprendas este bálsamo. Dice lo siguiente:

Una vez, la tía de Süleyman de Barla, quien me sirvió por ocho años con total lealtad y buena voluntad, quedó ciega. Con buenos pensamientos hacia mí   -más de lo que merecía-, la virtuosa mujer me esperó en la puerta de la mezquita y me pidió que orara para recuperar su vista. Así que hice  de  la  rectitud  bendita  de  esta  mujer,  el intercesor  para  mi  súplica  y  rogué  a     Allah Todopoderoso diciendo: “¡Oh Señor! Restaura su vista debido a su rectitud”. Dos días después, vino un oculista desde Burdur y le sacó la enfermedad. Cuarenta días después volvió a perder la vista. Yo estaba muy apenado y oraba fervientemente por ella.   Por   voluntad  de   Allah,   la   oración  fue aceptada  para  su  vida  en  el  Más  Allá,  de  lo contrario     esa     oración     que     hice     sería equivocadamente    una    maldición    para    ella. Cuarenta  días  después  murió.  Que  Allah  tenga misericordia de ella.

De esta  forma, en  lugar de la  mujer que miraba con tristeza los jardines de Barla con el ojo de la vejez, se benefició en su tumba al ser capaz de mirar por  cuarenta mil días los  jardines del Paraíso. Porque su  fe era fuerte y  ella era una mujer muy piadosa.

Sí, si un creyente pierde su vista y entra ciego a la tumba, de acuerdo a su rango, puede mirar al mundo de la luz con mayor intensidad que los otros en sus tumbas. Así como en este mundo vemos muchas cosas que los creyentes ciegos no ven; si parten con fé, esas personas verán aún más que los otros en las tumbas. Así como si miraran a través de un poderoso telescopio podrán ver, como si fuera en un cine, los jardines del Paráiso de acuerdo a su rango.

Por tanto, con agradecimiento y paciencia puedes encontrar debajo del velo de tus ojos una visión llena de luz  y con la cual, mientras estés en la tierra podrás ver y observar, el Paraíso más allá del cielo. Lo que sacará el velo de tus ojos, el oculista que te permitirá ver con esos ojos, es el Sabio Corán.

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