Primera Estación
Cada una de las once frases de la oración mencionada anteriormente que afirma la Unidad Divina contiene albricias. Y en las albricias de cada una radica una cura, y en cada cura se puede encontrar un placer espiritual.
LA PRIMERA FRASE:
“No hay dios más que Allah”.
Esta frase contiene las siguientes albricias para el espíritu humano, sujeto a un sinnúmero de necesidades y a los innumerables ataques enemigos. Por un lado, encuentra un lugar al que puede recurrir, una fuente de ayuda a través de la cual se abre la puerta al tesoro de la misericordia que garantizará todas sus necesidades. Mientras que, por otro lado, encuentra un punto de apoyo y de fuerza, ya que la frase le hace conocer a su Creador y Único Objeto de Adoración, Quien posee un poder absoluto que lo protegerá del mal que le causen sus enemigos; le muestra a su Maestro y Su dueño. Habiendo señalado esto, la frase alivia al corazón de la total desolación y al espíritu del dolor de la tristeza, le garantiza alegría y felicidad eterna.
LA SEGUNDA FRASE:
“Él es el Único”.
Esta frase anuncia las siguientes albricias, que son a la vez una cura y una fuente de felicidad:
El corazón y el espíritu del hombre, que están conectados a la mayoría de las criaturas del Universo y llegan a estar abrumados en la miseria y confusión por esta conexión, encuentran en la frase “Él es el Único” un refugio y una protección que los librará de toda confusión y desconcierto.
Es decir, es como si la frase “Él es el Único” le estuviera diciendo al ser humano: “Allah es Uno Solo. No te agotes recurriendo a otras cosas; no te rebajes ni te sientas en deuda con ellas; no las halagues ni las adules humillándote a ti mismo; no las sigas para complicarte más; no les temas y sucumbas ante ellas porque el Monarca del Universo es Uno y Único, Él tiene la llave de todas las cosas, las riendas de todas las cosas están en Sus manos, todo se resuelve bajo Su comando. Si Lo encuentras, estarás a salvo de un sinfín de endeudamientos y de innumerables temores”.