Y también dice: “El Universo que tu amas, al cual estás conectado, que te aflige con sus confusiones y el cual no puedes corregir, es propiedad del Todopoderoso y Más Misericordioso. Entonces, entrégale la propiedad a su Dueño, déjaselo a Él. Atrae Su complacencia, no Su severidad. Él es Omnisciente y Misericordioso. Él dispone libremente de Su propiedad y la administra como desea. Cuando tengas miedo, di lo que dijo Ibrahim Hakki: “Veamos qué hace el Maestro; sea lo que sea que Él haga, será lo mejor”. ¡Cuídalo bien y no intervengas!”
LA QUINTA FRASE:
“Y Suyas son las adoraciones”.
Las adoraciones, los elogios y las aclamaciones pertenecen a Allah y son propias de Él. Es decir, Suyas son las recompensas que vienen de Sus tesoros. Y en cuanto a esos tesoros, son interminables. Esta frase, por consiguiente, nos da esta buena noticia:
“¡Oh, ser humano! No sufras ni te apenes cuando las bendiciones se acaben porque el tesoro de la misericordia es interminable. No te concentres en la naturaleza efímera de los placeres mundanales ni grites de dolor porque el fruto de la recompensa es una misericordia inagotable. Ya que su árbol no muere, cuando se termina la fruta, vuelve a nacer más. Si eres agradecido, si piensas que dentro del placer de las bendiciones en sí misma hay un favor misericordioso cien veces más placentero, entonces podrás multiplicar el placer cientos de veces más que las bendiciones mismas.
“Dentro de una manzana que un monarca augusto te presenta hay un placer superior al que brindan cien, o incluso mil manzanas porque es él quien te la ha otorgado y te ha hecho experimentar el placer de un favor real. De la misma manera, a través de la frase “Suyas son las adoraciones”, la puerta a un placer espiritual mil veces más dulce que las bendiciones mismas se abrirá ante ti. Porque la intención de esta frase es ofrecer las gracias y las alabanzas, o sea, es percibir el otorgamiento de recompensas. Así, también se trata de reconocer al Otorgador, o sea, es reflexionar sobre Quien otorga las recompensas, y finalmente es considerar el favor de Su compasión y cómo continúa permanentemente otorgando recompensas”.