Pequeñas Palabras | LA SEGUNDA PALABRA | 1
(1-2)

En Nombre de Allah, el Misericordioso, el Clemente.

“Los que creen en lo desconocido…[1]

 

Si quieres entender qué gran felicidad y bendición, qué gran placer y cómo de fácil es encontrar la creencia en Allah, escucha esta historia el cual está a modo de comparación:

Una vez, dos hombres salieron de viaje por placer y también para hacer negocios. El egoísta y desafortunado eligió un camino; el piadoso y feliz, otro. Se van juntos.

Ya que el hombre egoísta era un tanto engreído, egocéntrico, pesimista, él terminó en lo que le pareció ser el país más malo debido a su pesimismo. Miró alrededor y en todas partes vio la impotencia y la lamentación desafortunada en la destrucción y en el control de los tiranos temibles y rudos. Vio la misma situación penosa, dolorosa en todos los sitios a los que viajó. El país entero tomó la forma de una casa de luto. Además se convirtió en un borracho, no podría encontrar ningún camino en el que no notara esta situación penosa y sombría. Ya que todo el mundo le pareció ser un enemigo y un extranjero. A su alrededor sólo vio cadáveres horribles y huérfanos desesperados, llorosos. Su consciencia estaba en un estado de tormento.

El otro hombre era bondadoso, devoto, justo, y con buena moral de modo que al país al que fuera era el más excelente en su vista. Este hombre bueno vio la alegría universal en la tierra en la que había entrado. Cada lugar era un festival alegre, un lugar para la conmemoración de Allah que se desbordaba por el éxtasis y la felicidad; todo el mundo le pareció un amigo y una relación. En todo el país vio las celebraciones festivas de una liberación general de tareas acompañadas por gritos de felicidad y agradecimiento. Y también oyó el sonido de un tambor y la banda para el alistamiento de soldados con llamadas felices de "¡Allah es el Más Grande!" y "¡No hay más dios  que Allah!" Mejor que afligirse en el sufrimiento tanto de él como de toda la gente como el primer hombre miserable, este hombre afortunado estuvo contento y feliz tanto por su propia alegría como por la de todos los habitantes. Además, él fue capaz de hacer algún negocio provechoso. Él dio gracias a Allah.

Después  de un tiempo mientras él volvía se encontró con el otro hombre. Él entendió su condición, y le dijo: "Estas fuera de tu mente. La fealdad dentro de ti debe haber sido reflejada en el mundo exterior de modo que imaginas que las risas son llantos, y cada acto de generosidad como un saqueo y pillaje. Vuelve a tu juicio y purifica tu corazón de modo que este velo calamitoso sea levantado de tus ojos y puedas ver la verdad. Ya que el país de un completo justo, un sultán Clemente, caritativo, poderoso, que ama el orden, y amable no podía estar como imaginaste, ni podría un país demostrar este número de signos claros del progreso y el logro." Él dijo, "Sí, yo estaba loco por la bebida. Que Allah esté complacido contigo porque tú me has salvado del infierno en que vivía."



[1] Corán, 2:3.

 

sin sonido