Pequeñas Palabras | BEDIÜZZAMAN SAID NURSI | 1
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BEDIÜZZAMAN SAID NURSI

Bediüzzaman Said Nursi nació en el poblado sagrado de Nurs, cercano al pueblo de Hizan perteneciente a  la ciudad de Bitlis en 1873. Su privilegiado padre, el señor Mizra, era una persona tan religiosa y digna que para no aceptar nada de nadie, el mismo trabajaba y criaba animales.  Él se cuidaba tanto de que su familia no comiese cosas prohibidas por el Islam que tapaba con una tela la boca de sus vacas después de pastar en su huerto para que al pasar por otros huertos no comiesen nada sin permiso. Según la ley Islámica el uso sin permiso de propiedades ajenas no está permitido. Él siempre alimentó a sus hijos con alimentos permitidos por el Islam.

La privilegiada madre de Said, la señora Nuriye, empezó a educarlo cuando tenía sólo un año. Fue una maestra y educadora afectuosa, porque Bediüzzaman Said Nursi al llegar a los 80 años dijo esto: “Durante estos 80 años, aunque haya sido educado por 80.000 maestros, os juro que los consejos y las clases más espirituales, que eran las más básicas y duras, como si refrescaran mi aprendizaje,   esas clases están emplazadas como semillas en mi interior, especialmente en mi cuerpo material, y noto que las otras clases están establecidas alrededor de esas semillas. Entonces, aprecié las clases y consejos dados por mi madre a mi interior y a mi alma, que son las semillas básicas dentro de las grandes verdades observadas en mis ochenta años. En resumen, yo observo con seguridad que tener compasión, que es uno de los cuatro pilares de mis principios y caracter y tener piedad y misericordia que son las verdades más grandes del Risale-i Nur, es lo que recibí de las clases espirituales a través de la disposición y los actos de mi madre.”

Bediüzzaman hasta los 9 años fue educado en casa por su digno padre y su misericordiosa madre. A lo largo de su vida aprendió las lecciones más básicas en su hogar. Aunque para su aprendizaje en favor de la ciencia y la enseñanza fue al poblado de Tag, a la meseta de la ciudad de Hizan y a Nursin, tuvo que volver a su pueblo por no haberse llevado bien con los demás estudiantes que le tenían envidia y que actuaban de forma tirana contra él. En un noche sagrada soñó con el profeta Muhammed (la paz y las bendiciones sean con él). Al pedir iluminación al profeta, recibió una buena noticia como respuesta, se le daría iluminación con la condición de que no hiciera preguntas a los seguidores de Muhammed. Con la abundancia espiritual de su sueño, pidió permiso a sus padres para estudiar. Después de vivir en Arvas y Gevas se fue a Dogu Beyazit. Recibió una educación muy seria de uno de los grandes sabios de la época, Muhammed Celali. Recibió las ciencias y conocimientos que se aprendían en 20 años en sólo 3 meses, memorizó los contenidos al completo de 80 libros. Allí recibió la abundancia de un gran sabio Ahmedi Hani. De allí pasó a Bitlis se alojó por un corto periodo de tiempo en la madraza de Seyh Mehmet Emin Efendi (señor) y después pasó a Sirvan donde estaba su hermano Molla (sabio) Abdullah y de allí se fue a la madraza de Molla Fethullah. Los cuales le examinaron de todas las ciencias que se estudiaban entonces, respondió a todas las preguntas perfectamente y recibió sus agradecimientos. Memorizó un libro de 4 volúmenes llamado Cem´ül Cevami sobre jurísprudencia islámica. Leyendo algunos pasajes sólo una vez memorizó algunos pasajes de Makamati Haririye. Sus maestros se quedaban asombrados de su memoria y su inteligencia que era de un grado extraordinario.

 De Siirt se fue a Tillo. Se quedó 3 meses en la cripta del famoso Hamsa, en la cima de una colina a las afueras de un pueblo. Memorizó Kamus-u Okyanus hasta Bab-üs Sin. Durante su estancia alli daba los fideos de su sopa a las hormigas. Se conformaba con pan y caldo. A los que le preguntaban les decía que las hormigas están organizadas de foma estamental (como una república) les quiero premiar con mi ayuda. Cuando estaba en Tillo soñó con el santo y sabio Abdüllkadir Geylani que le dijo que se fuera al jefe de la comunidad de Miran, Mustafa Pasha, y le aconsejara continuar cumpliendo las órdenes de Allah, rezando y que dejara de molestar a la gente. Si no lo cumplía tendría que matarlo. Así se fue al jefe de la comunidad y le dijo las órdenes que había recibido. El jefe de la comunidad conociendo la fama del sabio Said le propuso un trato, “en Cizre tengo a mis sabios, si puedes convencerlos, te tomaré la palabra y comenzaré a rezar. Si no puedes convencerles te voy a tirar al río Tigres”. En la posada de Bani se encontró con los sabios, y contestando a sus cuarenta preguntas de memoria les convenció. Y Mustafa Pasha le regaló su rifle y empezó a rezar como le había prometido.

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