En Nombre de Allah, el Misericordioso, el Clemente.
“Así pues, ¡Glorificado sea Allah! Cuando entráis en la tarde y cuando amanecéis. Suyas son las alabanzas en los cielos y en la tierra. Y (glorificado sea) al caer la tarde y cuando entráis al mediodía.”[1]
¡Hermano! Me preguntas sobre sabiduría en los momentos específicos de las cinco oraciones diarias. Voy a mostrarte sólo uno de los muchos ejemplos de la sabiduría en estos momentos.
Por supuesto como cada uno de los horarios de oración marcan el comienzo de una importante revolución, además es un reflejo de la distribución Divina del poder y de las universales generosidades Divinas dentro de esta distribución. Entonces, más glorificación y alabanza al Todo Poderoso de Gloria que ha ordenado estos horarios, y más plegarias y gracias por todas las generosidades innumerables acumuladas entre cada horario, que son el significado de las oraciones. Para entender un poco este sutil y profundo significado, deberías escuchar junto a mi alma los siguientes “Cinco Puntos.”
Primer punto
El significado de las oraciones es el ofrecimiento de glorificación, alabanza y agradecimiento a Allah Todo Poderoso. Es decir, pronunciando Glorificado sea Allah por la palabra y la acción ante la gloria y la eminencia de Allah, es santificarle y adorarle. Y declarar que Allah es Supremo a través de la palabra y el acto ante Su perfección absoluta, es exaltarle y magnificarle. Y diciendo Todas las alabanzas sean a Allah con el corazón, lengua y cuerpo, es ofrecer agradecimiento ante Su absoluta belleza. Es decir, glorificación, exaltación, y alabanza son como las semillas de las oraciones. Por eso estas tres cosas están presentes en cada parte de las oraciones, en todas las acciones y palabras. Y es por lo que además estas palabras benditas son repetidas treinta y tres veces tras las oraciones, para enfatizar y reiterar el significado de las oraciones. El significado de las oraciones está conformado a través de estos concisos sumarios.
Segundo punto
El significado de la adoración es que, el sirviente ve sus propios errores, impotencia y pobreza, y en el Tribunal Divino demuestra amor y admiración ante la perfección Dominante, la Divina misericordia y el poder del Eterno Clamado. Es decir, así como la soberanía de la Dominación requiere que el siervo vea sus fallos a través de la búsqueda del perdón y a través de sus glorificaciones y declarando “Glorificado sea Allah” proclama que Su Señor es puro y está libre de todo defecto, y exaltado por encima y lejos de las falsas ideas de la gente desencaminada, y santificado y exento de todos los fallos del universo.
[1] Corán, 30:17-18.