El tiempo de Maghrib en la puesta de sol hace recordar la desaparición y la triste despedida de las delicadas y lindas criaturas de los mundos del verano y el otoño al comienzo del invierno. También, a través de la muerte del hombre, hace recordar que él va a abandonar a todos los que quiere con una triste despedida y entra en la tumba. También, lleva a la mente a recordar que con la muerte de este mundo entre convulsiones de su angustiosa muerte, todos sus habitantes van a emigrar a otros mundos y la lámpara de este lugar de examen será apagada. Es el tiempo que da un severo aviso a aquellos quienes adoran a los transitorios, efímeros amados.
Así, a tal tiempo, para el rezo de Maghrib, el alma del hombre que por naturaleza es un reflejo deseoso de un Hermoso Eterno, vuelve su cara hacia el trono de poder absoluto del Imperecedero Eterno, el Señor Interminable Quien realiza estos fuertes trabajos, gira y transforma estos enormes mundos y declara ‘Allah es Supremo’ sobre estos existentes transitorios, se retira de ellos. Atando sus manos al servicio de su Sultán y poniéndose en presencia del Señor Eterno dice ‘Todas las alabanzas sean a Allah’ alaba y enaltece Su intachable perfección, Su incomparable belleza, Su misericordia infinita, Y a través de declarar:
Después, él atestigua en la Unidad de Allah y es la misión del profeta Muhammed, sobre él sean la paz y las bendiciones. Él se sienta y ofrece benditos saludos y bendiciones a todas las criaturas como un regalo al Imperecedero Todo Bello, al Señor Todo Glorioso. Y, a través de saludar al Alabado Profeta, él renueva su fidelidad a Él y su obediencia a Sus órdenes. Para renovar e iluminar su fe, el observa el orden sabio en este palacio del Universo, y atestigua la Unidad del Todo Glorioso Hacedor. Y atestigua la Misión de Muhammed, sobre él sean la paz y las bendiciones, quien es heraldo de la soberanía y Dominio de Allah, proclama aquellas cosas que Le complacen, e interpreta los signos y aleyas del libro del Universo. Realizar el rezo del Maghrib es eso. Entonces, ¿Cómo puede uno considerarse hombre si no entiende qué bueno y puro deber es el rezo en la puesta, qué alabado y complaciente es el acto de adoración, qué asunto más serio y qué conversación interminable y felicidad permanente es esta morada transitoria?
En la hora de Isha en la caída de la tarde, los últimos indicios del día permanentes en el horizonte desaparecen y el mundo de la noche envuelve el Universo. Como Un Todo Poderoso y Un Glorioso,
[1] 1 “A Ti te adoramos, sólo en Ti buscamos ayuda,” Corán, 1:5