Pequeñas Palabras | LA SÉPTIMA PALABRA | 2
(1-3)

 

De repente, escuchó del lado derecho una voz tan fuerte como un trueno. “¡Ten cuidado!”, dijo. “¡No seas engañado! Di a este tramposo: ‘Si tienes remedios para matar al león que está detrás de mí, quitar la horca que está delante mía, acabar con las heridas de mi izquierda y mi derecha, e impedir el largo viaje que está frente a mí, entonces ¡ven y hazlo!¡Muestra lo que puedes hacer y déjanos verlo! Entonces di, venga, vamos a disfrutar. ¡De lo contrario calla!’ Deja que hable (de la misma forma que) Khidr que fue inspirado por Allah. ”

Entonces, ¡Oh alma maligna mía, la cual reía en su juventud y ahora llora! Sepa que el desafortunado soldado eres tú, y el hombre. El león es la hora señalada y la horca es la muerte,  decadencia, y separación a través de la cual, en la alternación del día y la noche todos los amigos son despedidos y son perdidos. Y estas dos heridas, una es la impotencia infinita y preocupante del hombre, mientras que la otra es su pobreza penosa e ilimitada. Y el exilio y el viaje es un largo recorrido de examen que pasa desde el mundo de los espíritus a través de la matriz y la infancia hasta la vejez; a través del mundo y la tumba y el reino intermedio, hacia la resurrección y el Puente de Sirat. En cuanto a los dos enigmas, son la creencia en Allah Todo Poderoso y el Más Allá.

Además, a través del enigma sagrado, la muerte toma la forma de un caballo amaestrado y manso que lleva al hombre creyente de la prisión mundana hacia los jardines del Paraíso y hacia la presencia del Más Misericordioso. Debido a esta sabiduría, quien ha visto la realidad de la muerte entre los  eruditos, la ha amado. Ellos la han deseado antes de que llegase. Y a través del enigma de la creencia en Allah, el paso del tiempo, el cual es decadencia y separación, muerte y fallecimiento, toma la forma de los medios de observar y contemplar con perfecto placer los milagros del Todo Glorioso Hacedor de varios, multicolores, renovados bordados, las maravillas de Su poder, y las manifestaciones de Su misericordia. Por supuesto, los espejos que reflejan los colores de la luz del sol siendo cambiados y renovados, y las imágenes del cine siendo cambiadas, mejor, más escenas bellas se forman.

En cuanto a las dos medicinas una es la paciencia y la confianza en Allah, y la otra la creencia en el poder de tu Creador y tener confianza en Su sabiduría. ¿Es éste el caso? Por supuesto lo es. ¿Qué miedo puede tener el hombre que, a través de su impotencia, confía en el Sultán del Mundo con el poder de la orden:  [1] Frente a la calamidad más horrible, él dice:   [2] y con  una creencia fuerte  deposita su confianza en su Más Clemente Señor. Por supuesto, una persona con conocimiento verdadero de Allah disfruta con la impotencia, con el miedo a Allah. Sí, hay placer en el miedo. Si un bebe de un año fuese lo suficientemente inteligente y se le preguntase: “¿Qué es lo más placentero y dulce para ti?”, él debería decir: “Darme  cuenta de mi incapacidad y debilidad, y temer el golpe de mi madre a la vez que me refugio en su dulce pecho.” Pero  la compasión de todas las madres no es más que un reflejo de la manifestación de la Divina Misericordia. Es por esta razón que el sabio ha encontrado tal placer en la impotencia y el miedo a Allah que ellos se han declarado apasionadamente libres de su propia fuerza y poder, se han refugiado en Allah a través de su incapacidad. Han hecho de la incapacidad y el miedo un intercesor para ellos mismos.

Y la otra medicina, es el ruego y la súplica con el agradecimiento, la satisfacción, y la confianza en la misericordia del Todo Clemente Proveedor. ¿Es eso?

Sí, ¿cómo pueden la pobreza y la necesidad ser dolorosos y pesados para un huésped del Todo Generoso y Munificente Que hace de la faz entera de la tierra una mesa de generosidades y de la primavera un ramo de flores y Quien coloca las flores en la mesa y las dispersa? Al contrario  seguro que la pobreza y la necesidad toman la forma de un apetito placentero. El huésped intenta incrementar su pobreza de la misma forma que él hace con su apetito. Es por esto que los sabios han estado orgullosos de la pobreza. ¡Pero ten cuidado, no lo malinterpretes! Significa que tengas cuidado con la pobreza de uno ante Allah y suplicarle, y no mostrar la pobreza ante la gente y asumir el aire de un mendigo.



[1]  “… ¡Sé, y es!?”. Corán, 2:117. etc.

[2] “…de Allah somos y a Él debemos volver” Corán, 2: 156.

 



 

sin sonido