Pequeñas Palabras | LA CUARTA PALABRA | 1
(1-2)

 

En nombre de Allah, el Misericordioso y el Clemente.

“La oración es el pilar de la religión.” [1]

 

Si quieres entender con seguridad que dos más dos son  cuatro así como de valiosa e importante es la oración y con qué poco coste es ganada y cómo de demente y dañina es la persona que no la cumple, presta atención a la siguiente historia que está en forma de comparación:

Una vez, un poderoso gobernador dio a dos de sus siervos veinticuatro monedas de oro y los envió a una de sus bellas fincas que estaba a dos meses de distancia para que viviesen allí. “Usad este dinero para vuestros billetes,” él les ordenó, “y comprad lo que sea necesario con este dinero. Hay una estación a un día de distancia de la finca. Hay autobuses, coches, trenes, barcos y aviones.. Se puede montar en ellos según el capital que se tenga”.

Los dos siervos, tras recibir las instrucciones, salieron para realizar el viaje. Uno de los dos fue afortunado porque gastó muy poco dinero en el camino a la estación. E incluido en este gasto había algunos negocios beneficiosos y complació a su maestro con este capital incrementado por mil. Pero el otro siervo, como era desafortunado y holgazán gastó veintitrés monedas de oro en el camino a la estación, desperdiciándolas en distracciones y en juegos de azar.  Y se quedó con una sola moneda. Su amigo le dijo: “Gasta esta última moneda en el billete y no tendrás que caminar un largo recorrido y no pasarás hambre. Además nuestro señor es generoso; quizás le des pena y te perdone todos tus errores, y te envíe en un avión también. Entonces podremos llegar a donde vamos a vivir dentro de un día. De lo contrario estarás obligado a caminar solo y hambriento a través del desierto que requiere dos meses para cruzarlo.” Hasta la persona menos inteligente puede entender como de estúpido, dañino y sin sentido sería si por obstinación él no gastase su única moneda en el billete, que es como la llave hacia un tesoro, y por el contrario lo gastase en vicios para el placer. ¿No es así?



[1] Tirmidhi, Iman, 8; Ibn Maja, Fitan, 12; Musnad, v, 231; al-Hakim, al-Mustadrak, ii, 76

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