La Vigésimotercera Palabra | Capítulo Segundo | 10
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vida corto y veloz y acerca de su ser, su pequeño cuerpo decae rápidamente. En resumen, él es un ser delicado, un débil individuo distinto a las innumerables variedades de individuos dispersos en los diferentes niveles del Universo.

Con referencia al segundo aspecto, y especial-mente respecto a su impotencia y pobreza las cuales están relacionadas con la esclavitud, tiene una gran amplitud y una vasta importancia. Porque Allah Todo Sabio ha puesto en la naturaleza del hombre una impotencia infinita y una gran pobreza ilimitada para que pueda ser un espejo extensivo conteniendo innumerables manifestaciones de Un Todo Poderoso y Compasivo, cuyo poder es infinito, Un Todo Generoso, Todo Rico cuya riqueza es ilimitada. 

Sí, el ser humano parece una semilla, a la que se le han dado unas capacidades morales y significantes desde el Poder Divino y, también  un sutil, y valioso programa por el Determinador Divino, para que pueda funcionar en la tierra y surgir desde este estrecho mundo de la tierra y entrar en el ancho mundo del aire,  pidiendo a su Creador con la lengua de disposición, ser un árbol que encuentre una valiosa perfección en sí mismo. Si a causa del mal temperamento esta semilla usa los miembros morales que se le han dado, para atraer dañinas sustancias hacia sí misma en la tierra, en poco tiempo se pudrirá y decaerá en este estrecho lugar sin beneficio. Pero, si esta semilla se conforma en el mandamiento creacional de:

“Allah es quien separa el fruto del hueso”. (Corán 6, 95) Y, si emplea bien, estas capacidades morales, emergerá desde el estrecho mundo por medio de un gran árbol de fruta, su diminuta realidad particular y su espíritu tendrá la forma de una realidad extensiva Universal.

Justo de la misma manera, se han depositado miembros significantes y programas valiosos en la naturaleza  del hombre por el Poder  y el Determinador Divinos.

Si el hombre gasta estos miembros morales para los deseos de su espíritu y para los gustos menores de debajo de la tierra y de la vida mundana en confines estrechos de este mundo terrenal, decaerá y se descompondrá en  medio de dificulta-des, en una corta vida, y en un apretado espacio, como la semilla podrida y cargará la responsabilidad sobre su espíritu desafortunado y después  saldrá de este mundo.

Sí, sin embargo, educando él la semilla de sus habilidades con el agua del Islam, y con la luz de la fe, debajo de la tierra de la esclavitud conformando los mandamientos del Corán y si usa sus capacidades morales para sus objetos verdaderos, ellos producirán ramas y retoños en el Mundo de las Similitudes y en la región intermedia también será una semilla de gran valor y una brillante maquina  conteniendo los frutos de un árbol perpetuo y una realidad permanente que se convertirán en innumerables perfecciones y generosidades en la vida eterna y en el Paraíso y también será una fruta ben-dita y luminosa del árbol del Universo.

Sí, el progreso verdadero es ocuparse del deber particular de la esclavitud, la cual es valiosa  dirigiendo las caras del corazón, del espíritu, de la inteligencia y aún de la imaginación y de las otras facultades sutiles dadas al hombre hacia la vida eterna. Al revés, si se rinde y asiste toda su facultad sutil, su corazón y su mente para sumergirse en todos los pequeños detalles  de la vida mundana y para saborear todas las variedades de los gustos y aún de los más ínfimos, que los desviados creen que es progresar, no lo es, sino que es declinar.

Yo vi esta verdad en una visión, en un ejemplo así:

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