hombre, que derrota a los insectos como los escorpiones sin ojo y a los serpientes sin pies, se viste de seda mediante un gusano pequeño y come la miel mediante un insecto venenoso, no es de su propio poder, sino de la subyugación del Señor y la ofrenda del Misericordioso, las cuales son frutas de su debilidad.
¡Eh hombre! Si la realidad es así; deja el orgullo y el egoísmo. En el juzgado Divino, proclama tu impotencia y debilidad con la lengua de asistencia, y tu pobreza y necesidad con la lengua del ruego y la súplica, y demuestra que eres Su sirviente y di:
“Allah es suficiente para nosotros. Él es el Más Disponente de los eventos” (Corán 3, 178) y elévate.
Y, no digas: “No soy nada, ¿qué importancia tengo que, este Universo se subyuga intensiva-mente a mí por Un Todo Poderoso Absoluto; y se piden las gracias completas de mi parte?” Porque tú por supuesto no eres nada respecto a tu espíritu y tú forma. Pero, desde el punto de vista de los deberes y del rango, tú, tienes el valor de ser un observador atento de este Universo majestuoso, y de ser una lengua que habla elocuentemente de esta existencia perfecta, y de ser un discerniente lector de este libro del Universo, y de ser un superintendente glorioso de los seres evocadores, y de ser un capataz de respeto de existencias venera-doras.
Sí ¡eh hombre! Tú, respecto a tu cuerpo físico-vegetal, y a tu espíritu animal eres un sordo parcial, una partícula despreciable, una criatura pobre, un animal débil que te vas tirando entre los movimientos de los seres existentes. Pero perfeccionándote con la educación del Islam el cual está iluminado con la luz de la fe la cual consiste en irradiación del amor Divino, como humano, y dentro de la esclavitud, eres un Sultán y dentro de tu individualidad eres un todo completo, y dentro de tu pequeñez eres un Universo. Y dentro del desprecio, tu rango es muy grande y eres un observador con una facultad tan extensa que, puedes decir: “Mi Sostenedor Compasivo hizo del mundo una casa para mí. E hizo del sol y de la luna unas lámparas para mi casa, y de la primavera un ramo de rosas, y del verano una mesa repleta de comidas con generosidad y del animal un sirviente para mí. E hizo de las plantas, un surtido de decoraciones para mi casa.
Para concluir: Si haces caso a Satán y al espíritu maligno, descenderás a lo más bajo de la escala. Pero si escuchas la Verdad y el Corán puedes elevarte a lo más alto de la escala y serás el Modelo más excelente del Universo.
QUINTA NOTA: El hombre es enviado a este mundo como un funcionario y huésped y dotado de habilidades muy importantes. Y según estas habilidades está cargado de misiones importantes. Y también él ha sido dotado con una gran fortaleza de ánimo y con el peso de amenazas severas para hacerle trabajar para estos objetivos y deberes. Aquí resumiremos los deberes fundamentales de los humanos y su servidumbre que habíamos explicado en otra parte para que se entienda el secreto de “El Modelo Más Excelente”.
Así, el humano tiene dos aspectos de adoración al venir a este Universo. Un aspecto: Adoración y contemplación en la forma de ausencia. El otro: Adoración y súplica en la forma de la presencia relacionada con Él.
El Primer Aspecto es: Afirmar sencillamente la soberanía del Dominio aparente en el Universo, observar la maravilla de sus perfecciones y virtudes.
Después, proclamar y anunciar las únicas artes que consisten en las inscripciones de los Nombres Sagrados Divinos mostrándolos a los demás.