Si no aceptas que las partículas en tu cuerpo son pequeños soldados en movimiento de acuerdo con la ley Del Pre-Eterno y Todo Poderoso, o que son un ejército, o las puntas de
¡Atribuir el conocimiento y la consciencia de miles como Platón a una partícula sola de alguien como tú que no posees ni el valor de una partícula de la inteligencia es una superstición mil veces loca!
Segunda Imposibilidad
Tu existencia se parece a un palacio maravilloso con mil bóvedas cuyas piedras están en pie todas en suspensión y sin apoyo. En efecto, tu ser es mil veces más maravilloso que tal palacio, ya que el palacio de tu ser está siendo renovado contantemente en perfecto orden. Dejando aparte tu realmente maravilloso espíritu, corazón y otras facultades sutiles, cada miembro de tu cuerpo se parece a una parte sola abovedada del palacio. Como las piedras de una cúpula, las partículas están todas en equilibrio perfecto y orden demostrando el ojo y la lengua, por ejemplo, cada uno como un edificio maravilloso, obra de arte extraordinaria, y milagro de poder.
Si estas partículas no fueran cada una oficiales dependientes de la orden del maestro arquitecto, entonces cada partícula tendría que ser absolutamente dominante sobre todas las otras partículas en el cuerpo y absolutamente subordinada a cada una de ellas; y cada una es igual, en cuanto a su posición dominante, y opuesta; y el origen y fuente de la mayoría de los atributos que pertenecen sólo al Único Necesariamente Existente, y sumamente restringido; y tanto en la forma absoluta, como en la forma de un producto individual perfectamente ordenado que podría sólo, por el misterio de la unidad, ser el trabajo del Único de
Alguien con sólo una partícula de conocimiento entendería que atribuir tal producto a aquellas partículas es una imposibilidad obvia.
Tercera Imposibilidad
Si tu existencia no es ‘escrita’ por la pluma del Pre-eterno y Todo Poderoso, Quien es el Único de