Pequeñas Palabras | LA SEXTA PALABRA | 3
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Entonces mira bien, ¡Oh mente! ¡Mira la diferencia entre un instrumento de destrucción y la llave del universo! Y mira cuidadosamente, ¡Oh Ojo! ¡Ve la diferencia entre un abominable consentido y el capataz experto de la biblioteca Divina! Y, ¡Oh lengua, prueba bien! ¡Observa la diferencia entre el portero del  estómago o el vigilante de una fábrica y el superintendente del tesoro de la misericordia de Allah!

Compara todos los otros instrumentos y miembros como éstos, y entonces entenderás que en verdad el creyente adquiere la naturaleza merecida del Paraíso y el no creyente una naturaleza conforme al Infierno. La razón para cada uno atendiendo a su respectivo valor es que el creyente, por virtud de su fe, usa la confianza en su creador y en Su Nombre y dentro de los límites trazados por Él, así el no creyente traiciona la confianza y la emplea por el bien de su lujuriosa alma. ¡Hermano!, mide todos los otros sentidos a la luz de lo ya visto.

Cuarta Ganancia: El ser humano es débil y está expuesto a numerosos  problemas. Es pobre, y sus necesidades son muchas. Es impotente, y la carga de la vida es muy pesada. Si él no confía en el Omnipotente y Glorioso, no pone su confianza en Él y confidencialmente no se rinde a Él, su consciencia será siempre torturada. Tormentos infructuosos, dolores y tristezas lo asfixiarán y lo intoxicarán, o se volverá una bestia.

Quinta Ganancia: Aquellos que han experimentado el conocimiento sabio y hubieron descubierto la naturaleza verdadera de las cosas, los elegidos que han atestiguado la verdad, están todos de acuerdo que toda la adoración y glorificación y sus recompensas exaltadas de todos los miembros y las herramientas te serán dadas en el momento de mayor necesidad, en forma de frutas del Paraíso.

Si desprecias este trato con cinco ganancias, además de ser desprovisto de su ganancia, sufrirás cinco pérdidas.

Primera Pérdida: La propiedad y los hijos a los que estás atado, el alma maligna y su capricho que tú adoras, la vida y la juventud que tienes, todo desaparecerá y se perderá; tus manos estarán vacías. Pero dejarán pecado y dolor, aferrado a tu cuello como un yugo.

Segunda Pérdida: Sufrirás el castigo por traicionar la confianza. Ya que te has dañado a ti mismo usando el instrumento más preciado para los objetivos menos valorados.

Tercera Pérdida: Tirando todas las buenas facultades del hombre a un nivel mucho más inferior que el de los animales, has insultado y transgredido contra la sabiduría de Allah.

Cuarta Pérdida: En tu debilidad y pobreza, habrás colocado la pesada carga de la vida en tus hombros débiles, y gemirás constantemente y te lamentarás bajo los golpes de la transitoriedad y la separación.

Quinta pérdida: Es transformarlo todo para abrir las puertas del Infierno frente a ti, los regalos bellos del Clemente tales como la inteligencia, el corazón, el ojo y la lengua, los cuales te han sido dados para conseguir  las fundaciones de la vida eterna y las necesidades de felicidad en el más allá.

Ahora vamos a tratar de venderla ¿Ahora, es tan difícil vender la confianza? ¿Es tan grave que mucha gente rechace la venda? ¡No, de ninguna manera*! No es absolutamente grave. Ya que los límites de lo lícito son amplios, y están muy adecuados a los deseos del hombre; no hay necesidad de traspasar lo prohibido. Las tareas impuestas por Allah son ligeras y pocas. Ser un siervo y soldado de Allah es un placer y honor indescriptible. Una de las tareas es simple, actuar y realizar todas las cosas en nombre de Allah, como un soldado; tomar y dar en nombre de Allah; moverse y sentirse relajado de acuerdo con Su permiso y ley. Si uno se equivoca, entonces tendrá que pedir perdón, y decir:

“¡Oh Señor! Perdona nuestros pecados, y acéptanos como Tus esclavos. Haznos seguros sustentares de Tu confianza  hasta que la hora llegue cuando seamos tomados. Amén”, y pídele a Él.”

 

 

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